
VPN y privacidad digital.
Las VPN son ahora más populares que nunca entre los usuarios habituales de Internet.
En la actualidad, la red mundial está llena de VPN gratuitas y de suscripción. Sin embargo, los usuarios no tienen por qué arriesgarse con un plan gratuito poco seguro o conformarse a pagar. Con un poco de conocimiento técnico y un nivel adecuado de ancho de banda, puedes crear tu propio servidor VPN en casa.
Pero, ¿merece la pena montar un servidor VPN propio?
En este artículo, te facilitaremos toda la información que necesitas para configurar tu propia VPN. También repasaremos los pros y los contras de gestionar tu propia red VPN. Así que, pongámonos manos a la obra. Empezaremos por lo más básico.
El acrónimo VPN significa “Virtual Private Network” y eso es exactamente lo que es. Se utiliza para establecer una conexión segura desde el ordenador a otra red a través de Internet. Su uso alternativo a un proveedor de Internet normal garantizará la privacidad de tu ubicación y de toda tu actividad en línea. Las VPN suelen “rebotar” la conexión a internet de un ordenador entre distintos países y servidores. De este modo, la ubicación original y cualquier actividad en línea quedarán ocultas.
Mucha gente utiliza una VPN para una mayor seguridad en línea. Son especialmente populares entre periodistas, abogados y activistas. Sin embargo, cada vez son más aquellos que las utilizan para proteger su información y su actividad en Internet. También se utilizan habitualmente para acceder a servicios de streaming cuando uno está en el extranjero (consulta: Netflix vía VPN). Conectarse a una red Wi-Fi pública a través de una VPN te proporcionará seguridad adicional y te protegerá de cualquiera que intente espiarte.
Hay tres formas principales de configurar una VPN en casa.
He aquí una forma rápida y fácil de configurar un sistema VPN en casa: ¡sólo tienes que conseguir un router que ya tenga una! Muchos routers domésticos de gama alta cuentan con un servidor VPN integrado. Tendrás que buscar uno inalámbrico que sea compatible con dicho servidor. A través de la interfaz web del router podrás activar y configurarlo. Te recomendamos que lo investigues antes para saber si su VPN se adapta a ti.
En realidad, puedes personalizar tu router instalando un nuevo sistema operativo en él. Necesitarás un router doméstico que soporte DD-WRT, OpenWrt o algún otro tipo de firmware de router de terceros. Sólo tienes que flashear el router con el nuevo sistema operativo, y podrás configurar una VPN. Esta es una forma efectiva de configurarla mediante un router que carezca de software VPN integrado. Sin embargo, ¡asegúrate antes de que tu router sea compatible con el software DD-WRT!
Otra opción es simplemente instalar el software del servidor VPN en tu propio ordenador. Para ello, tendrás que asegurarte de que el dispositivo en cuestión esté siempre en funcionamiento. ¡No puedes instalar una VPN en tu ordenador portátil o de sobremesa de uso diario que apagas todas las noches! También puedes utilizar una Raspberry Pi para montar un servidor de bajo consumo.
Tanto los sistemas operativos de Windows como los de Apple tienen un software integrado que puede utilizarse para configurar una VPN. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas opciones no son tan potentes ni tan seguras como otros programas de VPN disponibles.
También hay softwares de servidores VPN de terceros, como OpenVPN, que pueden funcionar en una serie de sistemas operativos, incluyendo Linux.
Aquí tienes una solución “intermedia”: puedes hacer que un proveedor web aloje un servidor VPN para ti. Esta puede ser una opción más barata que pagar por un servicio VPN completo. Simplemente pagas a la empresa por el alojamiento del servidor y luego lo configuras.
Depende de la empresa en sí que esto sea fácil o difícil. Algunas ofrecen interfaces ultra intuitivas, mientras que otras requieren algo más de tiempo para aprender a manejarlas.
Cuando configures una VPN doméstica, conviene que actives el DNS dinámico en tu router. Esto te permitirá acceder fácilmente a tu VPN aunque cambies la dirección IP.
Configurar una red VPN doméstica resulta muy complicado. Así que, ¿por qué querría alguien complicarse tanto la vida? En realidad, existen buenos motivos para configurar tu propia red VPN.
Utilizar un servicio de VPN equivale a confiar a una empresa la seguridad de tus datos. Aunque para muchos no es un problema, si a ti te preocupa la seguridad algo más que al resto, quizá no sea la mejor opción. Configurar tu propia red VPN hará que tú, y sólo tú, tengas el control de tus datos y tu privacidad.
Numerosas empresas contratan a programadores especializados para crear sus propias redes VPN. ¿Por qué? Como en el caso anterior, es para que puedan controlar ellos mismos sus datos. Con una VPN dedicada, una empresa puede asegurarse de que sólo los empleados o clientes autorizados acceden a su red. Muchos propietarios de pequeñas empresas gestionan sus propias redes VPN desde sus hogares. De esta manera su privacidad y seguridad queda garantizada a la vez que ahorran algo de dinero.
Tal vez seas un auténtico friki de la informática al que le gusta jugar con tecnología. Configurar una VPN es una buena manera de aprender sobre redes y servidores. Las VPN pueden funcionar mediante ordenadores de sobremesa, Raspberry Pis o routers. El alojamiento en la nube ofrece una amplia gama de opciones para dirigir el tráfico.
Configurar una VPN te brindará una red segura que puedes utilizar para juegos multijugador de PC. Normalmente, este tipo de partidas se realizan a través de una conexión de Internet LAN, pero con tu propia VPN, puedes ser tu propio anfitrión. Hay formas más sencillas de conseguir una red temporal de juegos para PC, pero con una VPN tienes un extra de seguridad.
Los usuarios deberían saber que instalar una VPN en casa tiene algunos inconvenientes. Echa un vistazo a los siguientes puntos antes de tomar una decisión. ¡Podrías ahorrarte mucho tiempo y esfuerzo!
Un gran argumento de venta de los principales servicios de VPN es que pueden rebotar tu dirección IP a otro país. Esto te posibilita desbloquear contenidos de streaming bloqueados geográficamente. Si has configurado una VPN en tu propia casa, no tendrás esta función, a menos que tú mismo accedas a la VPN desde el extranjero. Incluso entonces, sólo podrá acceder a los contenidos que suelen estar disponibles en tu propio país.
Si tienes un problema con tu servicio VPN, lo primero que harías es ponerte en contacto con el servicio de atención al cliente. Pero esto no será el caso con una VPN casera. Si algo sale mal, estarás solo. Además, tendrás que configurarla cada vez que te conectes con un dispositivo que utilice un sistema operativo diferente. Para aquellos que sean resolutivos, podría no ser para tanto, pero para otros quizá no valga la pena.
Como las empresas de VPN utilizan direcciones IP compartidas, pueden ofrecer un alto nivel de seguridad. Con una VPN doméstica, no será este el caso. Estarás limitado a una sola dirección IP y perderás esa línea de seguridad adicional. Es cierto que puedes cambiar con frecuencia la IP de tu servidor VPN para evadir este problema, pero te supondrá más trabajo.
Por último, la mayoría de usuarios de Internet disfrutan de un ancho de banda de carga reducido o lento. Algunos pueden incluso tener límites o topes de ancho de banda. Así que, a no ser que seas uno de los pocos con fibra de un gigabit, vas a perder mucha velocidad de ancho de banda al usar una VPN doméstica.
Contenido